En la universidad, muchos de mis amigos eran realmente entusiasmadas con la salud femenina y la sexualidad sana. Eran el tipo de personas que hacían presentaciones sobre copas menstruales en clase de oratoria, cofundaban semanas de concienciación sobre la agresión sexual y el acoso sexual, viajaban a los institutos locales para hablar de relaciones sanas y encargaban peluches de úteros en tiendas especializadas por Internet por amor al cuerpo femenino y por el deseo de combatir el estigma de la menstruación. Entre estas excelentes iniciativas estudiantiles (y la que tuvo mayor repercusión en mi vida cotidiana, tanto entonces como ahora) se encontraba una exitosa petición para conseguir la gratuidad de la menstruación. FEMM al campus. En el taller aprendí a trazar y comprender mis ciclos. Ahora que estoy casada, la FEMM ha adquirido un papel muy relevante en mi vida cotidiana, pero incluso en la universidad, aprender a conocer la fertilidad influyó positivamente en mi experiencia universitaria. A continuación se exponen cuatro formas clave en las que el conocimiento de la fertilidad mejoró mi estancia en la universidad.
1. Se acabaron los periodos sorpresa
En la universidad suele haber algo menos de rutina y algo más de espontaneidad que en el instituto. Los horarios de clase pueden variar de un día para otro, la carga de trabajo varía a lo largo del semestre y puede haber varias oportunidades para viajar. Con este tipo de ritmo alterado, a menudo tenía la sensación de que el comienzo de mi periodo estaba determinado puramente por el momento que menos me convenía. ¿Gran presentación? ¡Periodo! ¿Empiezo de un viaje de doce horas por carretera? ¿Ya? ¿Examen parcial? ¿Ya?
Aunque aprender a trazar mis ciclos no impidió que mi menstruación coincidiera con las vacaciones de primavera, sí me permitió sentir que mi ciclo menstrual era algo que podía comprender, anticipar y para lo que podía prepararme, en lugar de algo que me pillaba desprevenida cada mes.
2. Aprender lo que es normal y obtener ayuda cuando no lo es.
Antes de asistir a las clases de conocimiento de la fertilidad, muchas de mis amigas se sentían bastante incómodas hablando de sus periodos, pero descubrí que el ambiente de grupo de las clases nos ayudó a abrirnos en las conversaciones sobre la fertilidad. Estas conversaciones, además de lo que aprendimos en la FEMM, nos ayudaron a entender lo que era normal y lo que no.
Por ejemplo, siempre había pensado que dolor paralizante el primer día de regla era normal, porque esa fue también la experiencia de mi madre... ¡y de su madre! Otras amigas tuvieron momentos similares durante el taller, y pudieron obtener ayuda para problemas reproductivos como progesterona bajaLa menstruación nos ayuda a sobrellevar nuestros problemas menstruales ahora y puede evitarnos problemas de infertilidad relacionados con las hormonas en el futuro.
3. Comprender mi salud general
Cuando acabé los estudios, mis ciclos anormalmente largos se acortaron casi una semana entera, porque ya no sometía a mi cuerpo a malos hábitos alimenticios, a un horario de sueño irregular y al estrés de los exámenes, los trabajos y los proyectos. Ahora sé que puedo mirar mis gráficas para ver si estoy empujando mi cuerpo demasiado fuerte o no cuidarme bien.
En resumen, aprender a trazar mis ciclos me ayudó a entender la fertilidad como otro signo vital. También sé que la salud de mi periodo tiene importantes implicaciones para mi corazón, cerebro, mama, inmuney hueso salud, lo que me anima a tomarme en serio las señales que veo en los gráficos de mi ciclo.
4. Crear una cultura positiva en torno a la salud sexual
Sé que en los últimos decenios algunos centros de enseñanza han organizado un evento que denominan "Semana del sexo", en el que se debaten, promueven y celebran todo tipo de actividades sexuales. En mi pequeño colegio católico no se celebraba (y es poco probable que se celebre nunca) un evento de este tipo, y de hecho me gustó mucho que los talleres de la FEMM permitieran hablar de la salud reproductiva fuera del contexto obvio de la actividad sexual.
En muchas universidades, la salud reproductiva sólo se discute en relación con el sexo, y no con cualquier sexo. A los universitarios se les enseña, implícita o explícitamente, la idea errónea de que el sexo salvaje sin consecuencias ni compromisos forma parte de la experiencia universitaria. Cuando la experiencia sexual es el único aspecto de la salud reproductiva que se aborda en las clases o en las actividades u organizaciones extraescolares, los jóvenes de ambos sexos se pierden todos los temas relacionados, como la forma de establecer límites saludables en las relaciones o de tomar decisiones responsables. También se pierden la educación sobre fertilidad, hormonas y, para la mujer en particular, lo que es normal para su ciclo y lo que no lo es. Gracias a las clases gratuitas de conocimiento de la fertilidad de mi universidad, mis amigas y yo aprendimos estos conocimientos tan importantes para nuestra salud reproductiva, emocional y general, en todas las etapas de la vida.
Las cosas que más recuerdo de la universidad las aprendí en clase de conocimiento de la fertilidad
Dependiendo de tu especialidad, es posible que muchas de las cosas que aprendes en la universidad no se planteen muy a menudo en tu vida cotidiana. Es más bien la oportunidad que ofrece la experiencia universitaria de crecer, madurar y comprender mejor el mundo lo que tiene un impacto más duradero. Una de esas oportunidades de crecimiento en mi universidad fue la de aprender sobre la fertilidad, y espero que otras universidades consideren la posibilidad de ofrecer a sus estudiantes un curso de apoyo a su salud y bienestar.
Mejor aún, espero que algún día las niñas aprenderán primero sobre la finalidad y la belleza de las hormonas femeninas y la fertilidad mucho antes de llegar a la universidad. Para cuando primer periodo comprenderán que la menstruación es un indicador de que el verdadero principal acontecimiento del ciclo-ovulación- ya se ha producido. Sabrán que periodos irregulares en la adolescencia y cuándo pedir ayuda a un especialista. proveedor médico de reproducción reparadora. Sabrán que la fertilidad es una parte normal e importante de la vida de toda mujer. No todas las niñas crecerán dando discursos sobre copas menstruales o comprando un peluche del útero, pero todas merecen conocer las bondades de su diseño femenino.
Lecturas complementarias:
Reseña del libro Natural Womanhood: La guía de la chica feliz para ser completa
¿Es legítimo el seguimiento de la menstruación y la ovulación?
¿Qué le puede decir la gráfica de su ciclo sobre su salud hormonal?