Hoy en día, el estadounidense medio no piensa mucho en preparar su cuerpo para la concepción, aparte de añadir una vitamina prenatal a su rutina diaria. Pero cuando me certifiqué en 2014 como Consultora de Terapia Nutricional y practicante de Feed Your Fertile Body™, aprendí que hay mucho que podemos hacer para prepararnos para una concepción saludable antes de que el embarazo esté en el radar.
El primer paso es deshacerse de las hormonas artificiales de los anticonceptivos que pueda estar utilizando, y empezar a usar Planificación familiar natural (PFN) para conocer mejor tu ciclo y espaciar a tus hijos. La píldora no sólo puede defectos congénitos y agotan varias vitaminas y minerales importantes de tu cuerpo, trazar tu ciclo con la Planificación Familiar Natural o Métodos basados en el conocimiento de la fertilidad (FABM) puede ayudarle a identificar y tratar trastornos reproductivos como el síndrome de ovario poliquístico que podrían perjudicar tus posibilidades de concebir más adelante.
Empecé mi viaje hacia una mejor nutrición hace unos cinco años, cuando sufrí una crisis de salud. Unos años más tarde, cuando tuve a mi hijo, me sentí muy agradecida por esos años de preparación nutricional.
Tanto si no tienes pareja como si estás posponiendo el embarazo con tu cónyuge, ahora es el momento perfecto para empezar a informarte sobre la salud de su ciclo con métodos basados en el conocimiento de la fertilidad. Ahora también es el momento de hacer cambios en la dieta y el estilo de vida que prepararán su cuerpo para la concepción y un embarazo saludable. Al fin y al cabo, una mujer sana ayuda a tener un bebé más sano cuando llega el momento.
Aquí tienes seis cambios que puedes empezar a hacer hoy para un mañana mejor.
1. 1. Haz las comidas desde cero.
Si aún no te has hecho amigo de tu cocina y has aprendido a cocinar desde cero, ahora es el momento. Con "desde cero" me refiero a alejarse de los alimentos procesados. Las comidas caseras con ingredientes frescos son más nutritivas y, a la larga, estarás de acuerdo conmigo, más deliciosas.
Por lo general, los ingredientes en polvo, inflados y envasados han sido despojados de la nutrición que contienen los alimentos integrales. Suelen contener azúcares añadidos, conservantes químicos, grasas rancias inflamatorias procedentes de un procesamiento excesivo, por no hablar de los colorantes y saborizantes artificiales.
Desde el punto de vista nutricional, no estamos hechos para comer productos químicos. Estamos hechos para comer alimentos frescos e integrales. Los productos químicos y los ingredientes rancios desprovistos de nutrición pueden hacer que te sientas mal y causar toxicidad en el organismoUn cuerpo desnutrido tendrá más dificultades para concebir y gozar de plena salud durante el embarazo.
2. Elige productos ecológicos y alimentados con hierba.
Las frutas y verduras ecológicas se crían sin pesticidas químicos que pueden alterar las hormonas de la fertilidad y también afectan negativamente al desarrollo saludable del bebé. Además, algunas frutas y verduras no ecológicas están modificadas genéticamente, lo que significa que contienen ADN de otra especie empalmado en un laboratorio. Hay estudios y testimonios de agricultores que indican un impacto negativo de los alimentos transgénicos (que se rocían con glifosato o Round-Up) en la salud y la fertilidad de sus animales. Los alimentos transgénicos no son naturales, y no conocemos del todo los efectos sobre la función y la salud de las células humanas del consumo de ADN manipulado genéticamente.
Además, es mejor comer carnes, huevos y lácteos de animales que hayan seguido una dieta natural. Esto significa cambiar a 100% animales alimentados con hierba o pastoreados. En cuanto al marisco, también es mejor evitar el de "piscifactoría", que se alimenta con una dieta antinatural, al igual que los animales de las explotaciones ganaderas intensivas. Los alimentos y mariscos procedentes de fuentes alimentadas con una dieta natural tienen más propiedades nutritivas de las que tanto tú como tu bebé os beneficiaréis.
3. Disfruta más de las grasas animales.
Las grasas animales, como la mantequilla y la manteca de cerdo, han tenido mala fama en las últimas décadas por causar obesidad y colesterol alto. Pero las grasas de animales que han seguido una dieta natural son muy nutritivas. Soportan altas temperaturas de cocción sin ponerse rancias. Hacen que casi todo sepa delicioso. Ayudan a digerir la carne y a absorber las vitaminas liposolubles como la A, D, E y K. Además, todas las células del cuerpo necesitan colesterol para funcionar correctamente, especialmente el cerebro. De hecho, si no comes suficiente colesterol, tu cuerpo encontrará la manera de producirlo.
A menudo se malinterpreta que la grasa no es lo que hace engordar a la gente. Más bien, la cantidad de azúcar y carbohidratos procesados que uno come, así como el consumo de productos químicos en muchos alimentos hoy en día, pueden aumentar la insulina, la hormona que almacena la grasa, ralentizar el metabolismo y crear una montaña rusa de antojos. En realidad, la fuente de energía preferida del organismo son las grasas saludables, como el aceite de coco, los aguacates, los lácteos enteros, el aceite de pescado, los frutos secos, etc.
4. Aumenta tus bacterias buenas.
Las bacterias buenas de nuestros intestinos nos ayudan a digerir los alimentos, convertir las vitaminas en formas utilizables, regular nuestro peso e incluso producir neurotransmisores que afectan a nuestro estado de ánimo.
Tus futuros hijos heredarán las bacterias intestinales de tu canal vaginal durante el parto. Siempre es una buena idea trabajar para reducir cualquier sobrecrecimiento patógeno en tu sistema y reconstruir las cantidades y tipos de bacterias buenas. Para ello, puedes tomar píldoras probióticas o añadir bebidas probióticas a tu dieta, como kvas de remolacha, kombucha o kéfir. También puedes probar a consumir chucrut cultivado, encurtidos u otras verduras. Muchas tiendas naturistas venden estos vegetales cultivados, probióticos y bebidas llenas de bacterias buenas.
5. Elimine los productos químicos tóxicos de su hogar.
No puedes controlar todas las sustancias químicas de tu entorno, pero puedes empezar ahora mismo a reducir tu exposición cambiando los artículos que utilizas para limpiar y perfumar tu casa.
Hoy en día existen muchos productos de limpieza y cuidado corporal no tóxicos. Los aceites esenciales son una gran alternativa a las fragancias sintéticas que contienen neurotoxinas. Cuantas menos toxinas haya en tu cuerpo, mejor te sentirás y mejor funcionarán tus sistemas.
Además, las toxinas químicas pueden activar genes nocivos a medida que tus futuros hijos se desarrollan en el útero. Es lo que se conoce como epigenética. En los hombres, estas sustancias químicas disruptoras endocrinas también pueden daños calidad del esperma, lo que afectará a su fertilidad compartida y posiblemente a la salud de sus futuros bebés.
6. Toma mejores bebidas.
La mayoría de nosotros admite que toma demasiadas bebidas azucaradas y con cafeína. Son muy agotadoras para nuestro organismo. Pueden desgastar nuestras glándulas suprarrenales y el páncreas, lo que conduce a la desregulación de azúcar en la sangre y la reducción de la capacidad de crear adecuadamente nuestras hormonas reguladoras del estrés. El azúcar procesado también absorbe nutrientes del cuerpo porque no contiene todos los cofactores que contiene un alimento integral (como una pieza de fruta o incluso miel cruda) que ayudan al cuerpo a asimilar correctamente el azúcar.
Las bebidas endulzadas artificialmente también son muy comunes en la dieta estadounidense estándar, pero éstas se han relacionado con trastornos neurológicos, obesidad e incluso cáncer. El agua del grifo está llena de residuos farmacéuticos y pesticidas, cloro, algunos metales pesados y mucho más. Lo mejor es invertir en un filtro de alta calidad o comprar agua mineral para beber y cocinar. Lo ideal es evitar beber agua embotellada en recipientes de plástico o aluminio, ya que pueden contener sustancias químicas que imitan al estrógeno, presentes en el plástico con BPA o en el revestimiento de aluminio. Invierta en botellas reutilizables de acero inoxidable o vidrio para su consumo de agua.
Las alternativas a las bebidas azucaradas y con cafeína pueden ser el agua con gas y zumo de limón, las infusiones, la kombucha (que tiene algo de azúcar, pero menos que otras), la leche cruda entera (de una central lechera certificada), el kvas de remolacha y el caldo de huesos, un alimento tradicional cada vez más popular. Una hidratación adecuada con bebidas limpias y nutritivas ayudará a evitar los dolores de cabeza, promoverá un flujo sanguíneo saludable, una piel sana y mucho más.
Así que si espera tener hijos -o más hijos- algún día, el momento de empezar a prepararse es ahora. Considere la posibilidad de añadir a su estilo de vida uno de estos consejos cada vez. Tus acciones de hoy para mejorar tu nutrición tendrán un enorme efecto en tu salud y en la de tus futuros pequeños.