Este es tu cerebro sobre el control de la natalidad por el Dr. Sara E. Hill profundiza notablemente en las múltiples formas en que los anticonceptivos hormonales alteran el cuerpo de las mujeres, demostrando que nuestras hormonas sexuales tienen un enorme impacto en el funcionamiento de nuestro cerebro y nuestro cuerpo. A medida que aprendemos más sobre las consecuencias de alterar el equilibrio hormonal de las mujeres con la anticoncepción, descubrimos que esas consecuencias pueden ser muy graves, incluso fatales en algunos casos. Aunque el libro trata de las consecuencias de intervenir en las hormonas de las mujeres en edad reproductiva, también debería servir como advertencia contra la anticoncepción masculina y los riesgos de manipular las hormonas de los hombres.
Mientras que las hormonas sexuales femeninas (estrógeno y progesterona) suelen recibir más atención debido a su relación con el ciclo mensual y el embarazo, las hormonas sexuales masculinas (principalmente la testosterona) suelen quedar en un segundo plano (a menos que el hombre sufra algún tipo de disfunción sexual o infertilidad), sobre todo porque no tienen un ciclo mensual como las mujeres. Pero una interesante investigación sobre los cambios en los niveles de testosterona de los hombres en respuesta a la paternidad demuestra que las hormonas masculinas dirigen su cerebro y su cuerpo tanto como las femeninas. La testosterona parece influir en lo que son los hombres del mismo modo que el estrógeno y la progesterona lo hacen en las mujeres.
Por ejemplo, un estudio de 2011 llegó a las siguientes conclusiones:
Has leído bien: ser padre se asocia con un gran descenso de los niveles de testosterona en el hombre, lo que, desde una perspectiva evolutiva, se cree que fomenta un mayor comportamiento cuidador en los hombres y una mejor estabilidad familiar a largo plazo.
Uno tiene que preguntarse si la investigación continuada descubrirá el impacto adicional que la testosterona tiene en otros comportamientos y funciones. La testosterona tiene efectos físicos y emocionales que van más allá de la fertilidad del hombre, al igual que las hormonas sexuales femeninas en las mujeres. Los indicios preliminares parecen apuntar en esa dirección y, además, aunque los resultados son dispares, algunos estudios han hallado una correlación entre la terapia de sustitución de testosterona y un mayor riesgo de episodios cardiovasculares como ictus e infarto de miocardio, y posiblemente también un mayor riesgo de cáncer de próstata, al igual que el cáncer es un riesgo para las mujeres que utilizan anticonceptivos hormonales.
Aunque los niveles de testosterona de los hombres no fluctúan en un ciclo mensual, sí lo hacen a diario y en respuesta a diferentes situaciones (incluso a actividades como interactuar con armas). Afortunadamente, precisamente debido al potencial de eventos cardiovasculares, la FDA ha advirtió contra el uso del reemplazo de testosterona para fines no indicados en la etiqueta, que era una industria en auge de 2001 a 2011-una acción que parece haber frenado la tendencia de las prescripciones de "baja T" fuera de etiqueta. (Ahora, esperamos que la FDA empiece a tomarse tan en serio las preocupaciones sobre los anticonceptivos hormonales como antes..)
Si algo ha quedado claro de todos nuestros experimentos con las hormonas sexuales hasta ahora, es que es difícil -si no imposible- utilizarlas para un resultado único, preciso y deseado (como la prevención de embarazos) y que, por lo general, abundarán las consecuencias no deseadas y los efectos secundarios. Por eso se pide una "píldora anticonceptiva masculina" como respuesta a los problemas de las mujeres con la píldora (y otras formas de anticoncepción hormonal) no dan en el clavo. No cabe duda de que cualquier cosa que llene a los hombres de hormonas sintéticas -como hacen los anticonceptivos hormonales femeninos- no haría más que trasladar la misma carga a los hombres, afectándoles de formas que aún desconocemos. Y, francamente, en una época en la que existen métodos basados en el conocimiento de la fertilidad (MBC) muy eficaces y sin efectos secundarios, es una carga innecesaria para cualquiera.
No cometamos el error de creer que las hormonas sexuales masculinas -y su manipulación- son menos complicadas que las femeninas. Todavía hay mucho que desconocemos sobre el funcionamiento de nuestras hormonas sexuales en el organismo, pero las investigaciones preliminares indican que tienen bastante que ver y que manipular versiones sintéticas puede tener efectos muy graves en el cerebro y el organismo. Precisamente por eso, los FABM tienen tanto que ofrecer a hombres y mujeres: una planificación familiar segura y eficaz, de forma natural.