"¿Cuándo vas a tener hijos?"
"¿Ha probado el tratamiento XYZ para la infertilidad?".
"¡Felicidades por el nuevo bebé! Vendremos mañana a visitarte".
"Sabes que los métodos de conocimiento de la fertilidad son sólo el método del ritmo y no funcionan, ¿verdad?".
"Tienes que programar una cesárea, el médico te lo exige. No tienes otra opción".
Ha oído las historias o incluso puede que haya vivido uno de los ejemplos anteriores. Parece que la familia, los amigos, los desconocidos e incluso el médico están más que encantados de compartir sus consejos y opiniones no solicitados sobre el uso de la Planificación Familiar Natural (PFN) o un Método de Conocimiento de la Fertilidad (FAM), el embarazo, la infertilidad e incluso las opciones de crianza. Aunque podemos darles el beneficio de la duda y suponer que tienen buenas intenciones, en realidad puede resultar muy invasivo y grosero recibir estos comentarios.
Desgraciadamente, como la gente tiene fuertes opiniones sobre la PFN, el embarazo, el parto, la infertilidad y la paternidad, no es probable que estos comentarios cesen pronto. Sin embargo, tienes una poderosa herramienta a tu disposición: los límites. Comunicar y hacer respetar los límites puede ser tu mejor amigo en situaciones como ésta. Los límites pueden ayudarte a hacer saber a los demás cómo te afectan sus comentarios y darte una vía de escape.
¿Qué son los límites?
Los límites son una forma concreta de comunicar lo que te parece bien y lo que no. Un límite es como una valla que pones alrededor de tu casa y tú decides lo que deja entrar y lo que no. Al igual que una valla, puedes decidir qué tipo de comentarios o acciones puedes dejar entrar en tu vida y qué quieres mantener fuera en lo que se refiere a las áreas física, mental y emocional, relacional y espiritual de tu vida.
Cuando se trata de las decisiones que tomas sobre qué método de PFN o FAM utilizas, cómo llevas tu embarazo, cómo afrontas una posible infertilidad, cuál es tu plan de parto o cómo crías a tus hijos, puedes establecer límites para ayudar a proteger tu bienestar. Sólo porque alguien quiera compartir sus pensamientos contigo o quiera darte un "consejo", no significa que tengas que escucharlo o tenerlo en cuenta.
Establecer límites es un proceso de dos pasos
Establecer un límite eficaz consta de dos pasos importantes: identificar el límite en sí e identificar cómo lo harás cumplir. Por ejemplo, puedes decidir que no quieres visitas en el hospital después del parto. Este es tu límite. Para imponerlo, puedes decidir avisar a todo el mundo con antelación de que no recibirás visitas. O puede ser que, cuando alguien te diga que quiere venir a visitarte, le comuniques amablemente que vas a pasar tiempo exclusivamente con tu bebé.
O, si se da cuenta de que su proveedor de atención sanitaria critica abiertamente su elección de utilizar la PFN o no tiene en cuenta sus preguntas sobre una directiva concreta que está haciendo, puede identificar y establecer un límite para asegurarse de que se siente escuchado por su proveedor. Por ejemplo, puede establecer un límite personal que le indique que no está de acuerdo con un proveedor que desestima o minimiza lo importante que es para usted la PFN. La forma de imponerlo puede ser comunicar a su proveedor: "Utilizar la PNF es muy importante para m y estoy trabajando con un instructor certificado. Estaré encantada de ponerte en contacto con ella para que puedas aprender más". A continuación, podrías evaluar la apertura de tu proveedor a aprender nueva información y, si sigue mostrándose despectivo y crítico, podrías plantearte cambiar de proveedor.
Y, por último, si te enfrentas a alguien que te está dando consejos no solicitados, un límite puede consistir en decir algo tan sencillo como: "Estoy a gusto con mis decisiones y ahora mismo no busco consejos. Gracias" y, si ignoran tu límite, puedes dar por terminada la conversación. Así de sencillo.
¿Es grosero poner límites?
Una objeción común a la hora de establecer límites es que hacerlo es "grosero" o controlador. En realidad, los límites tienen más que ver con usted (y cómo usted responderá si la otra persona le falta al respeto) que con la otra persona o personas. Ten en cuenta que todas las relaciones deben basarse en el respeto mutuo, ya sea entre cónyuges, familiares, amigos, paciente y proveedor o incluso desconocidos.
¿Y si la otra persona no respeta mis límites?
Otra objeción habitual a la hora de establecer límites es que no funcionarán si la otra persona no los respeta. Cuando comunicas un límite con claridad y de una forma centrada en ti y en tus necesidades, estás pidiendo a la otra persona que te respete. Es libre de respetar tus límites y es libre de no respetarlos. Un límite tiene éxito no si la otra persona lo aprueba o no, sino si tú lo comunicas y lo haces cumplir para preservar tu paz. Piensa en los límites como una importante herramienta de comunicación que te ayudará a fomentar y mantener relaciones sanas.
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Un artículo muy útil. Ojalá lo hubiera leído hace mucho tiempo y tuviera listas mis declaraciones de límites. Los comentarios intrusivos, las preguntas y las historias de terror fueron una gran fuente de ansiedad para mí durante varios años.