La reunión de las Naciones Unidas sobre Salud Mundial, celebrada en mayo, vuelve a ser objeto de atención tras la New York Times informó que una resolución destinada a fomentar la lactancia materna, sobre todo en los países subdesarrollados, haya sido usurpada por los Estados Unidos de América.
La iniciativa, que iba a ser presentada por Ecuador pero finalmente lo fue por Rusia, pretendía promover la difusión de información objetiva sobre la leche materna y limitar la información sin fundamento sobre los sucedáneos de la leche materna. Estaba respaldada por investigaciones que demostraban que la leche materna es la opción más saludable para los lactantes.
En New York Times y otros informó EE.UU. intimidó a Ecuador para que abandonara esta iniciativa con amenazas de fuertes medidas comerciales y retirada de la ayuda militar, aunque el Federalista nota que no se aportaron pruebas de ello, salvo fuentes anónimas. Aun así, doce fuentes, anónimas o no, es preocupante, y sin duda ha contribuido a la opinión generalizada de que Estados Unidos se plegó a los intereses de los poderosos grupos de presión de los preparados para lactantes. Sea como fuere, el meollo del debate gira en torno a si las empresas de preparados para lactantes deben poder comercializar sus productos en los países en desarrollo, y lo cierto es que este tipo de decisiones tienen una enorme repercusión en las mujeres y los niños.
Cuando se trata de educar a las mujeres sobre la lactancia materna en todo el mundo, es mucho lo que está en juego para la salud de los bebés. Se habla menos de lo mucho que está en juego la salud de la mujer, sobre todo en lo que respecta al espaciamiento de los hijos y la planificación familiar natural.
En primer lugar, permítanme empezar diciendo que no es ninguna vergüenza utilizar leche artificial. La forma en que cada madre decida criar a su hijo depende de su criterio, y muchas mujeres a las que les gustaría dar el pecho simplemente no tienen esa opción. Pero muchas mujeres a las que les gustaría utilizar leche artificial tampoco tienen la opción de hacerlo de forma segura. La verdad es que es más fácil permitirse las fórmulas mejores y más sanas cuando se es privilegiado. Los recursos necesarios para higienizar correctamente los biberones, así como un suministro de agua purificada, no están fácilmente disponibles en todos los rincones del mundo. Al eliminar la posible contaminación por fuentes de agua impuras y biberones sin desinfectar, la lactancia materna puede reducir la mortalidad infantil. Tal vez por eso los estudios como ésta sugieren que la mayor disponibilidad de preparados para lactantes aumenta en realidad las tasas de mortalidad infantil.
"La desnutrición y la pobreza son los entornos precisos en los que es absolutamente necesario dar el pecho, porque es el entorno en el que a menudo es imposible encontrar acceso a agua segura y limpia para reconstituir la leche de fórmula en polvo", explica la Dra. Michele Barry, decana asociada principal de salud mundial y directora del Centro de Innovación en Salud Mundial de la Facultad de Medicina de Stanford, dijo al New York Times.
Al fin y al cabo, los estudios realizados a lo largo de décadas han demostrado que la leche materna proporciona a los niños una nutrición que no puede ser reproducida por ningún preparado, y además es gratis.
Una serie de estudios publicado en The Lancet muestra que la leche materna podría evitar la muerte de hasta 823 mil niños y 20 mil madres cada año. Además, permitiría ahorrar $300 mil millones. Por último, los beneficios de la lactancia materna incluyen "menos infecciones, mayor inteligencia, probable protección contra el sobrepeso y la diabetes, y prevención del cáncer para las madres." Por impactante que sea esta información, no es un hallazgo nuevo.
Pero hay otra pérdida en esta medida de la que nadie habla.
Si en los países subdesarrollados las mujeres no reciben una educación adecuada sobre lactancia materna, sus opciones son más limitadas y se enfrentan a más desventajas en lo que respecta a su salud reproductiva.
La lactancia materna no sólo limita los riesgos para la salud de los niños, sino que tiene el beneficio añadido de pausar de forma natural la fertilidad de la mujer y puede proporcionar un espaciamiento natural entre los hijos. Esto puede ser importante para las mujeres que no pueden permitirse cuidar de más hijos o que no tienen acceso a educación sanitaria u otros medios de control de la natalidad.
Como escribe Cassie Moriarty, colaboradora de Natural Womanhood escribió a principios de este año: "La idea de que la lactancia materna previene el embarazo se basa en realidad en la sólida ciencia de cómo la lactancia afecta a las hormonas reproductivas. La prolactina quiere ser la hormona dominante. La lactancia produce prolactina. Por lo tanto, técnicamente hablando, la lactancia materna te hace infértil. De ahí viene la idea del Método de la Amenorrea de la Lactancia (MELA)".
Aunque la lactancia materna no es una solución "anticonceptiva" universal para la mujer, sobre todo si no alimenta a su hijo exclusivamente con ella, puede ayudar a introducir ideas sobre el conocimiento de la fertilidad que son beneficiosas para la mujer. La lactancia no sólo es buena para la salud, sino que también es una práctica holística que empodera a la mujer. Es una primer paso básico hacia el conocimiento de la fertilidad que permite al cuerpo hacer aquello para lo que ha sido creado de forma natural.
Gráficos con Métodos basados en el conocimiento de la fertilidad ayuda a las mujeres a conocer mejor su cuerpo y a trabajar en sintonía con sus ciclos naturales al servicio tanto de su salud como de la de sus bebés. Cuando la lactancia materna es posible, debe fomentarse como la primera y mejor opción tanto para las mujeres como para los niños. La promoción de la leche artificial como alternativa equivalente simplemente no se basa en hechos, especialmente en las comunidades desfavorecidas, y perjudica a las mujeres en todo el mundo.