Aborto espontáneo

Es el dolor tácito que tantas mujeres llevan en sus corazones: el dolor de perder un hijo debido a un aborto espontáneo. Si bien a menudo solo se habla en voz baja a puerta cerrada y a veces se trata como un tema tabú, los abortos espontáneos desafortunadamente no son raros: se estima que entre el 10 y el 25% de los embarazos terminan en un aborto espontáneo. Esto significa que muchas mujeres experimentan el dolor físico y emocional de la pérdida del embarazo, pero no se sienten seguras de cómo hablar sobre su pérdida o cómo hacer el duelo, porque es un tema del que no se habla lo suficiente. 

¿Qué es un aborto espontáneo?

Según el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG por sus siglas en inglés), el aborto espontáneo se define como la pérdida de un embarazo durante el primer trimestre. La mayoría de los abortos espontáneos ocurren antes de la semana 12, mientras que alrededor del 1-5 por ciento de los abortos espontáneos ocurren en el segundo trimestre. Señales y síntomas de la pérdida del embarazo incluyen sangrado vaginal o manchado, calambres similares a los cólicos menstruales y dolor abdominal intenso. (Las mujeres que experimenten estos síntomas o que estén preocupadas por la posibilidad de un aborto espontáneo deben comunicarse con su médico.)

¿Qué causa un aborto espontáneo?

Aunque depende de la experiencia de cada mujer en particular, muchas se sienten culpables después de un aborto espontáneo y se culpan a sí mismas por la pérdida del embarazo. Puede ser que hagan un repaso de los eventos de las últimas semanas en busca de una razón por la que ocurrió el aborto espontáneo. A menudo temen que la caja pesada que levantaron o la clase de ejercicio que hicieron fue el factor causal. Sin embargo, la realidad es que hay muchos factores completamente fuera del control de la madre que pueden haber contribuido a la pérdida del embarazo.

Por ejemplo, según la American Pregnancy Association, aproximadamente el 50-75% de todos los abortos espontáneos ocurren inmediatamente después de la implantación, lo que a veces se denomina “embarazo químico.” Además, ACOG estima que aproximadamente la mitad de todos los abortos espontáneos son causados por un número anormal de cromosomas en el embrión. Este es simplemente un ejemplo de las muchas circunstancias fuera del control de una mujer que pueden contribuir a la pérdida de un embarazo.

Si usted o alguien que conoce experimenta sentimientos de responsabilidad o culpa por un aborto espontáneo, puede ser útil hablar con un profesional de la salud para ver si puede identificar por qué ocurrió el aborto espontáneo. Esto puede que le ayude a aliviar esos sentimientos de culpa. Además, a usted o a su ser querido puede resultarle útil hablar con un consejero para que le ayude a superar cualquier sentimiento de culpa, reproche o vergüenza.

¿Qué me pone en riesgo de sufrir un aborto espontáneo?

Hay varios factores que aumentan el riesgo de que una mujer sufra un aborto espontáneo, entre ellos:

  • Haber tenido dos o más abortos espontáneos previos
  • Tener 35 años o más
  • Fumar, beber alcohol o usar drogas nocivas
  • Exposición a productos químicos nocivos
  • Tener un trastorno autoinmune (p. ej. lupus, síndrome de anticuerpos antifosfolípidos, etc.)
  • Ser obesa
  • Tener problemas hormonales como el síndrome de ovario poliquístico (SOP) o la progesterona baja
  • Tener diabetes preexistente
  • Tener problemas de tiroides

La presencia de uno o más de estos factores de riesgo no significa necesariamente que se producirá una pérdida de embarazo, pero puede aumentar las posibilidades de que ocurra. Su médico puede ayudarle a evaluar su riesgo personal.

¿Cuáles son los efectos emocionales de la pérdida del embarazo?

Si bien cada mujer afronta los efectos físicos y emocionales de la pérdida del embarazo a su manera, muchas mujeres atraviesan un proceso de duelo. Se entristecen por la pérdida del bebé, así como por sus esperanzas y sueños por ese embarazo. Este dolor es muy normal independientemente de qué tan avanzado esté su embarazo. En otras palabras, el grado en el que una madre experimenta una pérdida no es proporcional a lo avanzado de su embarazo. Más bien, cada mujer sufre de manera diferente según lo que significó el embarazo para ella.

Procesar la pérdida y el duelo lleva tiempo, y el dolor emocional de la pérdida del embarazo a menudo puede durar más que el dolor físico. La Asociación Estadounidense de Psicología (APA por sus siglas en inglés) informa que experimentar la pérdida del embarazo aumenta el riesgo en una mujer de desarrollar depresión, ansiedad y depresión postparto. En un estudio, aproximadamente el 15 por ciento de las mujeres desarrolló depresión y/o ansiedad hasta tres años después de que se produjo la pérdida del embarazo.

Debido a que el dolor de la pena y la pérdida y así como el riesgo de desarrollar depresión y ansiedad es muy real, es fundamental que quienes han sufrido un aborto espontáneo busquen el apoyo de un profesional capacitado para abordar cualquier síntoma de salud mental y que les ayude a procesar su duelo de una manera saludable. Además, es importante que una mujer (o la pareja) esté rodeada de familiares y amigos solidarios que le ayuden a sanar durante este momento difícil.

Hay esperanza de curación después de un aborto espontáneo, y con la ayuda de pruebas y tratamientos hormonales específicos, puede incluso haber esperanza para algunas mujeres en la prevención de futuros abortos. Ambos tomarán tiempo y puede ser abrumador, pero las que han sufrido un aborto espontáneo merecen que sus preocupaciones de salud se tomen en serio, y que sean capaces de reconocer su pérdida y hacer el duelo de la manera que sea mejor para ellas.

Obtenga más información sobre la infertilidad aquí y encuentre artículos sobre el aborto espontáneo a continuación.

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