Estaba haciendo lo mismo que miles de mujeres hacen diariamente (tal vez, inclusive, lo que estás haciendo este momento): googleando, tarde en la noche, otro síntoma del que estaba segura tenía relación con el nuevo método anticonceptivo que estaba usando.
Estaba buscando respuestas. Los sitios médicos me llevaban por un camino y los foros con chats por otro, hasta que finalmente encontré la respuesta que no sabía que estaba buscando. Me encontré con los métodos de planificación familiar natural (PFN) y me di cuenta de que el único método de control natal libre de efectos secundarios es aquel del cual aprendes a escuchar y a conocer tu propio cuerpo. Y ya estaba preparada para estar libre de efectos secundarios.
Crecí utilizando la Nuvaring con la que creí que no había efectos secundarios reales. Siempre sentí que era la adolescente apesadumbrada normal con cambios de humor frecuentes, y puesto que usé el anticonceptivo constantemente en mi adolescencia, creo que nunca estaré segura de quién pude haber sido si no hubiera usado el anticonceptivo hormonal.
Luego, alrededor de mis 25 años, escuché sobre los dispositivos intrauterinos por parte de mis amigas, y pensé en probarlos. Parecía una manera mucho más fácil de usar anticonceptivos y mis doctores parecían estar a favor de ellos en comparación con la Nuvaring. Después de una experiencia de inserción larga e incómoda y de dos meses de calambres, llamé a mi doctor para que lo sacara. Me pareció que no había tenido efectos secundarios con la Nuvaring, así que para qué complicar todo con el dispositivo si no se estaba adaptando a mi cuerpo.
Pasaron un par de años más y esos años los pasé utilizando Nuvaring, de nuevo. Siempre había sido una persona saludable, pero desde que cumplí 30, quería estar en la mejor condición en todas las áreas de mi salud. Había escuchado una charla de un doctor que hablaba de cómo tendemos a pensar en la anticoncepción como si fuera una solución fácil que mágicamente solo afecta nuestra fertilidad, y de cómo olvidamos que nuestro cuerpo está interconectado. ¡Cosa que tenía mucho sentido para mí! Así que decidí que quería ver cómo mi cuerpo funcionaría sin la influencia de los anticonceptivos hormonales, y finalmente ver lo que mi cuerpo era capaz de hacer naturalmente.
Encontré una aplicación con la cual registraba mi temperatura cada mañana y con la cual veía cómo mi ciclo trabajaba realmente, aunque con un conocimiento extremadamente limitado; fue cuando quedé embarazada de nuestra hija meses después de empezar el método. ¡Mi cuerpo me estaba enseñando verdaderamente de lo que era capaz! (Después de esto aprendí que para practicar los métodos de planificación natural de manera eficiente y prevenir el embarazo, es necesario aprenderlos con un instructor certificado en Métodos Basados en el Conocimiento de la Fertilidad).
Dichosamente, estábamos en el momento perfecto de nuestras vidas para tener un bebé, y ¡ella ha sido la mayor alegría que hayamos tenido! Puedo decir verdaderamente que estoy agradecida por ese error de interpretación de mis marcadores por dos razones: la primera, por el hecho evidente de que mi hija es increíblemente maravillosa; pero la segunda, porque me hizo darme cuenta de lo poco que entendía mi cuerpo y mi ciclo.
Después de que mi hija nació, mi partera me motivó a tratar con una T de cobre ParaGard como un método anticonceptivo libre de hormonas. (Luego aprendí que la T de cobre afecta tus hormonas, puesto que la toxicidad del cobre puede afectar la tiroides). Pero en ese momento, como estaba tratando de hacer todo de manera natural con mi salud, la opción libre de hormonas que fuera eficiente y fácil ¡sonaba perfecta! Cuenten conmigo, pensé. Lo usé por 12 semanas después del parto y todo parecía ir bien. Esta vez no hubo calambres y al mes, les dije en mi cita de control que me encantaba y que no tenía problemas.
Sin embargo, el siguiente mes, empecé a tener mareos (muchos al día). Me tenían realmente preocupada. Llegué al punto de estar preocupada por estar sola en casa cuidando de mi hija y desmayarme o no poder levantarme.
También empecé a tener cambios extremos de humor. Mi primera reacción (y la de todo el mundo) fue decir: “Ah, ¡son las hormonas! Acabas de dar a luz y tu cuerpo está tratando de volver a la normalidad”. Pero para mí no tenía sentido porque no había experimentado ninguno de estos síntomas en mis primeros meses después del parto.
Como los mareos continuaron, decidí sacar una cita con mi nueva médico de cabecera. Después de contarle sobre mis síntomas y preocupaciones, ella me dijo que quería que me enfocara en aumentar mi consumo de calorías y de sal. Soy una persona muy delgada y ella me dijo que, al amamantar tanto como lo estaba haciendo, tal vez, simplemente no podía mantener el ritmo de consumo de leche de mi bebé. Estaba bastante segura de que ese no era el problema, pero me pareció que debía intentarlo.
Las semanas pasaron, e inclusive con un aumento en mi consumo de calorías y sal, seguía teniendo tanto mareo como antes. Así que pedí otra cita y esta vez ella me preguntó si estaba experimentando depresión o ansiedad postparto. No creí que tuviera eso, pero le conté acerca de los cambios de humor que habían empezado hacía poco también. Me dijo que estuviera alerta a los síntomas, pero al final terminó atribuyendo los mareos al estar amamantando y que esa era la realidad de la vida postparto para mí.
Me fui sintiéndome derrotada y sin ser escuchada. Me dije a mí misma que si los mareos continuaban otro mes, iba a solicitar la remoción del dispositivo intrauterino sin importar lo que la doctora pensara.
Algunas semanas después, empecé a tener unos dolores agudos extraños donde me parecía que mi útero se encontraba. Al principio eran medianamente tolerables, pero incómodos, así que volví a pedir una cita con la doctora para finales de esa semana y que así sacaran la T de cobre. Solamente unos días después, la molestia aumentó a dolores punzantes que bajaban por mis piernas. ¡Estaba sufriendo un dolor físico intenso, sin mencionar la preocupación mental de saber que algo estaba muy mal!
La mañana siguiente, le pedí a la doctora si me podía ver inmediatamente, de lo contrario me iba directo para emergencias. Logró acomodarme para verme y una vez que empezamos el proceso de remoción, se dio cuenta de que el dispositivo no estaba en su lugar y estaba en mi cervix, ¡saliendo de mi cuerpo! Mi cuerpo iba a sacar el dispositivo intrauterino de una manera u otra. El dolor se detuvo inmediatamente y desde ese día, no he vuelto a tener mareos ni cambios de humor como los que experimenté esos meses que usé la T de cobre. No me alcanzan las palabras para hablar del gran alivio porque esos síntomas se fueran y de saber que realmente puedo confiar en mi intuición cuando se trata de mi cuerpo y lo que está tratando de decirme.
Fue durante ese último mes, mientras consideraba remover el dispositivo intrauterino, que me encontré con los métodos de planificación familiar natural. Me sentí muy bien de saber que tenía una opción natural efectiva esperando por mí al final de este proceso. Cuando le conté a la doctora, me dijo: “Claro, seguir tu ritmo es una buena idea y tener otro bebé ahora no sería lo peor en el mundo, ¿verdad que no?”. Pensé que era triste que ella, como la mayoría de los doctores, no tuviera idea de la ciencia de los Métodos Basados en el Conocimiento de la Fertilidad, o la verdadera efectividad de la Planificación Familiar Natural practicada correctamente, y que prefieren incentivar a todas sus pacientes a usar la solución fácil sin explicarles los riesgos de salud que pueden causar, como me sucedió a mí.
Después de considerar los diferentes MBCF, mi esposo y yo tomamos el curso SymptoPro Fertility Education [del método Sintotérmico]. ¡Estoy impresionada con todo lo que ahora he aprendido acerca de mi cuerpo y que antes no sabía y de lo que tampoco estaba consciente! Me emociona saber que este regalo de conocimiento y de empoderamiento se lo podré dar a mi hija algún día.
Es cierto, significó esfuerzo pasar por toda la capacitación apropiada, y sí, y hay que esforzarse para llevar el registro de todos los biomarcadores a lo largo del día, pero si estás lista para estar en control y en sintonía con tu cuerpo, y libre de efectos secundarios al 100%, entonces esta es la elección correcta para ti.
This article is a Spanish translation of an article that was originally published in English here: “How My Awful Experience with the Copper IUD Led Me to Truly Natural Birth Control.” It was graciously translated by Ana Lucia Sequeira.
https://naturalwomanhood.org/el-dispositivo-intrauterino-de-cobre-no-es-la-opcion-de-planificacion-natural-que-estas-buscando/
